
(Onde há uma vontade, há uma maneira!)
¡Donde hay una voluntad, hay una forma de hacerlo!
Un baile de hilos y agujas
Hacer y deshacer. Avanzar y retroceder, hasta encontrar el camino correcto. Hasta que el tejido vaya descubriendo, casi de manera mágica, la prenda buscada.
Los hilos pasan por el gancho uno a uno, de manera ordenada, buscando el punto exacto. Formando la composición perfecta que dará vida a una prenda desafiante, llena de personalidad y elegancia.
Sin patrones establecidos, Allethea simplemente sigue su instinto. Ese que se fue forjando tiempo atrás, en la contemplación de la naturaleza, su gran fuente de inspiración.
El pétalo de una flor, una tela de araña, los colores de un atardecer. Pero también las formas geométricas más sencillas, a partir de las cuales Allethea consigue crear complejas composiciones con las que resaltar, de manera natural, la belleza del cuerpo femenino.
Allethea Mattos es una marca de diseño exclusivo de prendas a crochet que encarna la personalidad de su artista: una mujer exuberante, cosmopolita y, al mismo tiempo, sensible y amante de la naturaleza y los pequeños detalles de la vida.
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Una infancia rodeada de creatividad
Con 6 años, Allethea acompañaba todos los sábados a su madre al trabajo, una boutique de prendas exclusivas situada en Ipanema, uno de los barrios más lujosos de Río de Janeiro. Lo que más le gustaba era perderse entre las perchas de blusas y faldas y recorrer con su pequeña manita los distintos tejidos y texturas. Y cuando la modista de la tienda tenía algo de tiempo, le enseñaba a coser. Así descubrió Allethea un mundo que le cautivaría para siempre: la moda.
De la mano de su padre o dibujante Ykenga fue conquistada por otro mundo igualmente maravilloso: el arte del dibujo. Su padre se la llevaba desde bien pequeña a sus exposiciones, donde Allethea tenía la oportunidad no sólo de descubrir todo tipo de expresiones artísticas sino también de entablar enriquecedoras conversaciones con compañeros de profesión de su padre.
También sus tías, Marilia y Regina, tuvieron mucha influencia creativa sobre Allethea.
Regina, una mujer extremadamente detallista y amante de todo lo hecho a mano, le iba enseñando en cada visita que Alethéa le hacía, una actividad nueva. Así es como aprendió a bordar, a hacer puntos de macramé o preciosas muñecas de trapo.
Marilia fue la que sembró su pasión por el ganchillo. Allethea se sentaba a su lado y se dejaba llevar por el ritmo acompasado de sus manos al tejer. Pero por aquel entonces Allethea era una niña de 8 años y el crochet le parecía un arte para el que se necesitaba demasiada paciencia. Fue años más tarde, ya en la carrera, cuando se concilió con el crochet y entendió, por fin, que la paciencia, bien cultivada, es un don que permite hacer cosas maravillosas.
Hacer de la pasión una profesión
Durante los últimos años como estudiante de moda, Allethea hizo algún trabajo esporádico como modelo, momento que aprovechaba para acudir a los castings luciendo sus propias prendas hechas a crochet. Fue así como empezó a darse a conocer y a tejer algunas prendas por encargo.
Pero donde realmente su carrera como diseñadora se vio impulsada fue a raíz de participar en un importante evento de moda en Río de Janeiro. Entonces los encargos empezaron a ser de marcas, que querían vender las prendas de Allethea entre sus colecciones.
En el año 1996, por mediación de un estilista, la modelo Claudia Schiffer vistió su primera creación, un top de crochet para un desfile de moda. Allethea decidió mudarse a Milán a hacer un curso de moda. A su regreso, volvió decidida a emprender su propia marca de diseño de prendas a crochet: Allethea Mattos.